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Aves Exoticas del sur (America)y un toque criollo

El Zorzal y la Lombriz.


Estaba una lombriz solazándose entre el pasto húmedo; se hundía en la tierra, hacía túneles alegremente y volvía a salir para enterrarse rápido, porque el sol ¡Vaya sí calentaba! De pronto chocó con lo que parecía una piedra; se trataba de una baldosa que el hombre había puesto allí.
     La curiosidad pudo más que la prudencia, se subió a la loseta y sintió el calor quemante; quiso huir y refugiarse entre la hierba fresca, pero el dolor la hizo perder su orientación y el vientre entró  aún más en el ardiente cemento. Sufría tanto que se revolcaba y azotaba, buscando salir de ese infierno.     Sobre un árbol próximo había dos zorzales que contemplaban la escena. Uno de ellos dijo al otro:     —Compadre, te apuesto que soy más rápido que tú y me como a ese estúpido gusano.     —Mmmm, ¿Crees que tiene mucho mérito engullir una comida tan fácil y, claro, bastante caliente —mirando con ojos de compasión al rastrero animalejo— ¡Pobre, trataré de ayudarlo!     —Parece que se te soltó un tornillo —amoscado refutó el otro—. Pero, entonces ¿qué haremos?     El zorzal compasivo gritó a la lombriz:     —¡Eh, amigo! ¿Te puedo rescatar de allí? Mira que te quemas.     —Por favor ¡Sáqueme de este lío! —suplicó a su enemigo natural.     Abrió sus alas ante la sorpresa de su compañero, que no atinó a moverse, cogiendo con su pico al gusano se lo tragó.     —Pero...,¿qué hiciste, compadre? Si ibas a ayudar a la pobre lombriz que sufría tanto ¿por qué te la comiste?     —Difícil explicar, compadre —puso cara de filósofo—. Sufría tanto la desdichada que no tuve corazón verla así. ¿Acaso no está mejor en mi estómago saciando mi hambre que sufriendo en esa candente loseta?     —Y, por último —continuó filosofando el zorzal—, nunca había comido una lombriz asada —chasqueó la lengua—. ¡Sabrosa que estaba!






MORALEJA:Nunca te cambies del paraíso al infierno por curiosidadNi dejes a tu enemigo aprovecharse de la oportunidad.



















Conocido como El Zorzal Criollo, el pájaro cantante de Buenos Aires, Carlos Gardel es la figura legendaria en la Argentina. La carrera del carismático cantante nacido en Francia coincidió con el desarrollo del intrínseco icono cultural argentino, el Tango: la música, la canción y la danza de los arrabales - los suburbios de Buenos Aires.